Comic Sans, la Belén Esteban de las tipografías
Comic Sans nació en 1994, su autor, Vincent Connare, era diseñador gráfico de Microsoft y tenía en mente hacer una familia que se pudiera utilizar en Microsoft Bob. Bob era un intento de mejorar la interfaz Windows 3.1, no lo consiguió, fue uno de los mayores desastres de la compañía.
Curiosamente, Connare, se inspiró en los viejos comics de Watchmen. Su idea era que acompañara los infantiles diseños de Bob pero, Microsoft, no la incluyó en este paquete y la relegó a ser una de las fuentes pre-instaladas del sistema Windows 95. La criatura se había liberado.
Es a partir de entonces cuando, su uso, inapropiado en la gran mayoría de los casos, le ha llevado a la fama. Elemento diferenciador entre personas de mal y buen gusto, profesionales y aficionados, etc. Podríamos decir que es la Belén Esteban de las tipografías. La tipografía del pueblo.
¡Se ha usado para todo! Carteles, pancartas, exámenes, notas de prensa, documentos oficiales, presentaciones…
- Ha sido nombrada por la revista Times como uno de los peores 50 inventos de la historia.
- En The Independent: «No está diseñada correctamente, no está pensada para ser impresa pero, sin embargo, es raro pasar un día entero sin verla.».
- La presentación del anuncio del descubrimiento del Bosón De Higgs se hizo en Comic Sans.
- Fue objetivo de Google, en el April Fool’s Day. Al realizar la búsqueda de Helvetica, aparecían todos los resultados en dicha fuente.
- Will Wright tuvo el mal gusto de utilizarla en Los Sims.
Todas las tipografías tienen una finalidad, propósito, personalidad… ¿Qué es entonces lo que esta fuente hace sentir en tantos usuarios para que sea utilizada fuera de contexto? Como diría Risto, Si dices o haces algo y no molesta a nadie, es que no has dicho o hecho nada. Esta fuente otra cosa no sé, pero molestar, ha molestado muchísimo. Quizás sea eso el ingrediente secreto de su éxito.
Gracias me gusta esa letras.
Te sorprendería saber las veces que hemos vistos lápidas con esta tipografía… Lamentable el poco gusto que tienen algunas personas a la hora de grabar un recuerdo eterno.
Un saludo