¡Que nada pare tu proyecto!
En muchas ocasiones, el desarrollo de una web o imagen corporativa conlleva una inversión extra, ya sea porque necesitamos módulos u opciones adicionales o porque, a cierta altura, vemos que nos hemos quedado cortos y no cubrimos todas las necesidades que teníamos calculadas, ¡los imprevistos son algo natural en cualquier proyecto! Para sofocar este tipo de problemas, os dejamos una serie de puntos importantes.
Una ayuda económica.
Cuando emprendemos un negocio nuevo, el dinero en efectivo no suele abundar. Existen algunas soluciones como los préstamos rápidos online que nos facilitan obtener una inyección económica rápida. Hasta 300€ -instantáneos- como apoyo para cubrir gastos imprevistos en aras de mejorar funcionalidades de tu proyecto web, añadir opciones críticas, etc.
Eliminar peso innecesario.
Los proyectos son como globos aerostáticos: cuanto más peso (trabajo) cargan, más les cuesta levantar el vuelo. Así que, si te encuentras en una situación imprevista en la que el presupuesto se descarrila o surgen nuevas necesidades, será hora de analizar todas las piezas y ver de cuáles podemos prescindir. ¡Hay que lanzar peso por la borda! Uno de los fallos más comunes en una startup es dar el primer paso con más elementos u opciones de los que necesitamos, empezar la casa por el tejado. Piensa en mantener solo aquello que realmente aporta valor, aquello a lo que sacarás verdadero provecho.
Analizar y replantear.
Los proyectos son como la escritura, si trazamos una línea de tiempo horizontal, podemos señalar tres puntos bien diferenciados: análisis, ejecución y revisión. Si bien, normalmente, es un proceso secuencial, muchos empresarios abogan por movernos libremente de un punto a otro. No es mala idea, si vemos que el presupuesto se nos va en cierto momento de las manos, volver a analizar las necesidades y poner sobre la mesa la posibilidad de ejecutar un nuevo plan.
Pregunta y compara.
Es difícil que inventes algo que no exista o que otra persona no haya puesto anteriormente en marcha. Para optimizar el presupuesto, lo mejor es que analices ejemplos y casos reales paralelos a tu proyecto: ¿cómo lo hicieron otros empresarios?, ¿cuáles son los elementos necesarios e imprescindibles para ponerse en marcha?, ¿qué opciones son más superficiales o prescindibles? Pide precio a varias empresas e infórmate sobre qué diferencias existen entre unos y otros: plazos de entrega, garantías, devolución del dinero, etc. Muchas veces, lo barato sale caro…